De Filipinas a Colombia, pasando por España, en la Feria Internacional de Turismo (Fitur) de Madrid se dan cita multitud de ofertas en las que el agroturismo cobra relevancia con propuestas que van desde asistir al parto de una vaca, a ser viticultor por un día o recolectar café colombiano.
Se trata de inocular en el turista una experiencia en la que se ponga en la piel del campesino que vive por y para el campo, un reclamo para amantes de un sector primario que gana en imagen y relevancia.
Por ejemplo, ser viticultor es posible en La Rioja (norte de España). Es lo que ofrece el viticultor y bodeguero Javier Arizcuren (Bodegas Arizcuren) que organiza visitas exclusivas a sus viñedos familiares en las que los participantes aprenden técnicas de cultivo sostenible o variedades de uva; todo, antes de degustar los caldos.
En el sur de España, los amantes de los animales pueden tener una experiencia única con la crianza y el engorde del cerdo ibérico, la asistencia al parto de una vaca o el amamantamiento con biberón de un cordero.
Al otro lado del Atlántico la pasión por conocer de primera mano la labor campesina tiene una parada obligatoria en los famosos cafetales colombianos. La agente turística Bibiana Campos, de VCH Travel (Viajes Chapinero), explica que ofrecen visitas a los cafetales en los departamentos de Quindío, Risaralda y Caldas en los que se hace una inmersión al turista en el proceso de obtención del café, «de la siembra a la taza», con la explicación de procesos como el secado, la despulpación o la molienda.
Además incluyen la degustación del café, el contacto directo con los agricultores e incluso vestirse como los «chapoleros», los recolectores del eje cafetero colombiano.
En las antípodas de Colombia, en Filipinas, se puede visitar una Octava Maravilla del Mundo: las terrazas de arroz de La Cordillera del norte de Luzón, lugar ideal para ser testigo de la impresionante herencia agrícola milenaria.
En esa zona, se puede asistir al cultivo del ‘tinawon’, una variedad de arroz que se cultiva solo un vez al año y cuyo proceso sigue manteniendo la esencia de los antepasados en una zona donde habitan comunidades aisladas entre laderas empinadas y cadenas montañosas.