El cáncer se cobra la vida de al menos 56.000 personas cada año en Colombia, según datos del Observatorio Global de Cáncer (Globocan). Además, con una incidencia de 182 casos por cada 100.000 habitantes, el país se ubica como uno de los lugares del mundo con incidencia media-alta, según la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (Iarc), siendo las barreras en el diagnóstico y tratamiento un punto crítico por abordar para hacerle frente a la enfermedad, de acuerdo con expertos.
Por eso no sorprende que, si bien el 83 por ciento de los colombianos diagnosticados con esta enfermedad consideran que su equipo médico está comprometido con su tratamiento, uno de cada dos pacientes asegura que enfrentó problemas o demoras injustificadas, especialmente en el tratamiento (57 por ciento) y diagnóstico (41 por ciento) de la enfermedad. Ese es solo uno de los datos que revela la ‘Segunda gran encuesta a pacientes con cáncer’ en Colombia, que se presenta este miércoles.
El estudio, desarrollado por el Centro Nacional de Consultoría, es el más grande de su tipo que se haya hecho en el país y surge de la coalición All.Can Colombia, que busca contribuir a las políticas públicas en materia de cáncer, en colaboración con el Instituto Nacional de Cancerología (INC) y la Asociación Colombiana de Hematología y Oncología (Acho). Este cuenta con la participación de 1.206 pacientes de 51 municipios en todas las regiones, lo que otorga al estudio una proyección nacional y un importante peso regional.
Según los resultados, el 73 por ciento de los casos de cáncer en el país se diagnostican en etapas avanzadas de la enfermedad, un ligero aumento respecto a la ‘Primera gran encuesta a pacientes con cáncer’, presentada en 2022, pero con datos recolectados en 2021. Además, el 12 por ciento de los pacientes reportan haber esperado más de un año desde el inicio de los síntomas hasta obtener un diagnóstico, lo que según expertos resalta la necesidad de fortalecer los mecanismos de detección temprana.
Si bien el porcentaje de demoras en el diagnóstico disminuyó del 41 al 32 por ciento entre el primer y el segundo informe, aún el 45 por ciento de los pacientes siguen reportando tiempos de espera de uno a tres meses para la confirmación diagnóstica. Esta situación, de acuerdo con los expertos de All.Can Colombia, se complica por la fragmentación del sistema que ha aumentado con la crisis financiera del sector, pues el 31 por ciento de los pacientes tuvieron que cambiar de IPS oncológica durante su tratamiento.
Las autorizaciones para citas con especialistas (21 por ciento), las autorizaciones para exámenes médicos (19 por ciento) y el diagnóstico inicial de la enfermedad (15 por ciento) siguen siendo las principales barreras que los pacientes consideran que enfrentan, generando retrasos en etapas críticas de su atención. A esta problemática se suma la carga financiera, pues de los encuestados, el 65 por ciento declaró haber asumido gastos de su bolsillo para evitar retrasos en su atención, y un 24 por ciento respondió que su EPS les negó el pago parcial o total del tratamiento.
Más de la mitad de los pacientes (56 por ciento) dijeron haber recibido suficiente información sobre su enfermedad y tratamiento, lo que representa una mejora en comparación con el 47 por ciento registrado en 2021.
En cuanto a los avances, los pacientes perciben una mejora en el acompañamiento integral de equipos multidisciplinarios, con un aumento del 61 por ciento en 2021 al 66 por ciento en 2024. Dentro de este acompañamiento también se encuentra el apoyo de servicios psicológicos.
De acuerdo con los encuestados, cinco de cada diez indicaron haber recibido apoyo emocional y psicológico. En cuanto al apoyo que reciben de las asociaciones de pacientes, el 83 por ciento de los encuestados indicaron no haber recibido información sobre estos grupos. Sumado a ello, aunque muchos pacientes buscan ayuda, solo el 12 por ciento se ha contactado alguna vez con estas asociaciones.
Un hallazgo clave es que, si bien el 69 por ciento de los pacientes expresaron interés en participar en ensayos clínicos, solo el 8 por ciento tuvo la oportunidad de hacerlo, principalmente por falta de información.
Según explica Yolima Méndez, presidenta de la Fundación Colombiana de Leucemia y Linfoma, los resultados de esta segunda encuesta muestran una mejoría en algunos puntos, pero un deterioro, sobre todo, en términos de la fragmentación de la atención que se ha visto durante los últimos dos años, por los cambios que han sufrido las EPS y que afectan los convenios que estas tienen con las IPS y centros de atención. De acuerdo con Méndez, si bien los pacientes valoran la calidez del equipo médico que los atiende, la fragmentación en el sistema afecta su calidad de vida.
“Los pacientes se quejan de la fragmentación porque eso afecta directamente la oportunidad y la calidad en la atención, además de la continuidad en el tratamiento y la calidad de vida. Reciben su diagnóstico en una IPS, pero luego tienen que ir a otra a recibir tratamiento, pero a mitad de camino los mandan a otra y, adicionalmente, para laboratorios y exámenes especializados los envían a otra. Esa atomización y dispersión en la atención tienen un impacto negativo en un paciente oncológico que requiere más cuidado, una ruta más clara y unas redes más integradas donde pueda fluir de manera más eficiente dentro del sistema”, señala la experta.
Por su parte, Ricardo Brugés, presidente de la Asociación Colombiana de Hematología y Oncología (Acho) y director técnico-científico de la encuesta, destacó que no solo la fragmentación es una de las barreras que enfrentan los pacientes, sino también otros inciden en cómo los colombianos afrontan una enfermedad tan compleja como el cáncer.
“La participación de más de 1.000 personas de todas las regiones de Colombia en esta encuesta nos brinda una visión integral de las barreras que enfrentan los pacientes con cáncer en todo el país. Aunque se evidencian avances en áreas como el acompañamiento integral, persisten desafíos críticos, como la detección temprana, las barreras administrativas y la fragmentación de la atención, que debemos superar para garantizar una ruta de atención más eficiente y equitativa para todos”, agregó Brugés.