El gobierno de Gustavo Petro designó a 18 de los más temidos exjefes paramilitares para actuar como mediadores en los procesos de paz con grupos armados ilegales en el país, según una resolución oficial divulgada ayer.
Los antiguos comandantes de esos sanguinarios escuadrones de ultraderecha asumirán el papel de «gestores de paz» para lograr el desarme de algunas agrupaciones que siguen operando en el país, de acuerdo con el anuncio de la oficina del Alto Comisionado para la Paz.
En el listado se destaca Ramón María Isaza, considerado como uno de los precursores del paramilitarismo en Colombia desde los años 70, en medio de la guerra contra las guerrillas.
También figuran jefes sicariales como ‘Cuco Vanoy’, ‘Macaco’, ‘Don Berna’, ‘HH’ y ‘Jorge 40’. Los 18 excomandantes se desmovilizaron en 2006, pero la mayoría fueron extraditados por narcotráfico a Estados Unidos por orden del entonces presidente de derecha Álvaro Uribe (2002-2010).
«Las personas que se designaron como gestores de paz manifestaron su voluntad para contribuir con su conocimiento y experiencia al desarrollo de actividades de construcción de paz», asegura la resolución.
Luego de regresar a Colombia tras purgar sus condenas en EEUU, los antiguos paramilitares están respondiendo ante la justicia y las víctimas, quienes reclaman verdad y reparación.
El gobierno precisó que los 18 paramilitares asumirán ese rol únicamente por seis meses y que su nombramiento «no modifica su situación jurídica, ni las medidas de aseguramiento vigentes, o su régimen de libertad, ni conlleva beneficios judiciales».
Recientemente el gobierno ya había anunciado que iba a nombrar como «gestor de paz» a Salvatore Mancuso, el máximo comandante paramilitar vivo, deportado desde una cárcel de Estados Unidos en febrero.
La intención de Petro es que Mancuso actúe como mediador ante un eventual proceso de paz con el Clan del Golfo, el mayor cartel de la cocaína, y en las negociaciones en marcha con las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra Nevada, que operan en el norte del país.
La oposición critica la política de «gestores de paz», pues considera que muchos no tienen mérito para ejercer esa función. En el caso de Mancuso, también rechazan sus denuncias contra el expresidente Uribe en las que vincula al político con la fundación de los escuadrones de derecha.
Para un sector político, se trata de una venganza por su extradición. Petro, quien fue guerrillero en su juventud y el primer izquierdista en el poder de Colombia, también está dialogando con rebeldes del ELN y disidentes de la FARC que no firmaron la paz en 2016.