El sábado, en un acto protocolario durante la COP16 de biodiversidad en Cali, los gobernadores del Caribe colombiano firmaron junto con las 13 autoridades ambientales del Sirap Caribe, la organización Conservación Internacional y el Instituto de Investigaciones Marítimas y Costeras (Invemar) un decálogo que establece las líneas estratégicas para la conservación y sostenibilidad de la biodiversidad en la región.
El evento fue liderado por el presidente de la RAP Caribe y gobernador del Atlántico, Eduardo Verano de la Rosa, quien además es embajador designado de Colombia ante la COP16. “Es ponernos de acuerdo en puntos con los cuales debemos trabajar unidos para la preservación del medioambiente, es un llamado a la acción. Esto es importante porque crea conciencia en la gente. También es para que futuras generaciones se involucren en la preservación de los ecosistemas”, dijo.
El texto fue suscrito por el gobernador de Bolívar, Yamil Arana; Elvia Sanjuán, gobernadora del Cesar; Erasmo Zuleta, gobernador de Córdoba; Jairo Aguilar Deluque, gobernador de La Guajira; Rafael Martínez, gobernador de Magdalena; Lucy García, gobernadora de Sucre, y Nicolás Gallardo, gobernador de San Andrés.
El documento es un instrumento que fomenta las acciones colectivas para la conservación de la estructura ecológica de esa zona del país y están alineadas con los objetivos del marco Kunming-Montreal para el 2030.
Los diez puntos tienen que ver con la resiliencia, diversidad biológica, inclusión, pedagogía, reducción de contaminación y reconocimiento de saberes ancestrales y tradiciones.
Cada uno de ellos tiene una serie de metas, como por ejemplo generar procesos de mitigación y adaptación para reducir riesgos de desastres frente al cambio climático. En este asunto hay compromisos para la protección de la línea de Costa contra la erosión costera, la delimitación de las zonas de no intervención con infraestructura, y la implementación de proyectos de mitigación y manejo de inundaciones con soluciones basadas en la naturaleza.
En otro se establece conectar con la naturaleza que enmarca “las mágicas leyendas caribes para sensibilizar sobre la biodiversidad a fin de lograr un cambio de comportamiento y promover estilos de vida sostenibles”. También, priorizar la restauración de los relictos de bosque seco tropical, arrecifes de coral y manglares.
Además, impulsar la participación con perspectiva de género y ordenar el territorio alrededor del agua, con planificación espacial participativa integrada, abordando el cambio en el uso de la tierra y el océano para mejorar el bienestar humano y la conexión con la naturaleza, respetando los derechos de los pueblos indígenas y las comunidades locales.
Entre las acciones se comprometieron a utilizar de forma responsable la biodiversidad y de aumentar el acceso a tecnología y transferencia de conocimiento.