Israel lanzó violentos bombardeos contra objetivos del movimiento libanés proiraní Hezbolá en el sur de Beirut, la víspera del primer aniversario del ataque de Hamás en suelo israelí que desencadenó la guerra en Gaza.
La agencia de prensa oficial libanesa ANI reportó más de «30 bombardeos» durante la noche en varios sectores de la periferia sur, bastión del movimiento islamista libanés, que según Israel perdió a «440 combatientes» desde el lunes pasado.
Al sur de Beirut, una bola de fuego se elevaba hacia el cielo iluminando la noche de la capital. Un corresponsal vio a decenas de personas huyendo del barrio de Sabra a pie o en moto, mientras a sus espaldas resonaban las explosiones.
Mehdi Zaiter, de 60 años, contó que había «bombardeos por todos lados. No tenían un objetivo militar, solo edificios civiles y propiedades privadas», denunció. «Fue la noche más violenta que hemos vivido. Había tantos bombardeos que parecía un terremoto», continúa este verdulero de los suburbios del sur de Beirut, que se niega a abandonar su casa.
En esta zona, la destrucción es enorme y afecta a numerosos edificios, reportó un fotógrafo. Los bombardeos continuaban por la mañana, mientras las excavadoras retiraban los escombros de la antigua carretera del aeropuerto.
Los ataques de la víspera mataron a 23 personas e hirieron a otras 95, según el Ministerio de Salud libanés.
Tras haber debilitado a Hamás durante una devastadora ofensiva en Gaza, Israel anunció a mediados de septiembre que desplazaba «el centro de gravedad» de sus operaciones hacia el norte, en la frontera libanesa, donde Hezbolá abrió el 8 de octubre de 2023 un frente contra Israel en apoyo al movimiento islamista palestino Hamás.
Pero el domingo, el ejército israelí afirmó «rodear» la zona de Jabaliya, en el norte de la Franja de Gaza, donde estima que el movimiento palestino está recomponiendo sus capacidades.
El Ministerio de Salud de Gaza, territorio gobernado por Hamás, dio cuenta además de 26 muertos en un ataque israelí contra una mezquita convertida en refugio para desplazados de Deir al Balah, en el centro.
El ejército explicó que había «realizado un ataque de precisión contra terroristas de Hamás, que operaban en un centro de mando […] en lo que antes era una mezquita».
En el frente libanés, el ejército israelí indicó que había «ejecutado una serie de bombardeos dirigidos en la región de Beirut contra varios almacenes de armas y posiciones pertenecientes a la organización terrorista Hezbolá».
El ejército va a «continuar operando para desmantelar las capacidades de Hezbolá», añadió.
La organización proiraní dijo por su parte que atacó por la noche una fuerza del ejército israelí con obuses, tras un intento de infiltración en la zona de Blida, en el sur de Líbano. Además indicó que la madrugada del domingo lanzó una «andanada de cohetes» contra un grupo de soldados israelíes en la región fronteriza de Manara.
El primer ministro libanés exhortó a «presionar a Israel» para un alto el fuego. Reino Unido y Alemania también pidieron el cese de las hostilidades. «El aniversario de los atentados del 7 de octubre debe recordarnos el coste del fracaso político», escribió el primer ministro británico, Keir Starmer, en una tribuna publicada en «The Sunday Times».
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, pronunciará un discurso a la nación con motivo del aniversario del letal ataque de Hamás en Israel. El ataque sin precedente del movimiento palestino el 7 de octubre en Israel dejó 1.205 muertos, en su mayoría civiles, según un recuento basado en cifras oficiales israelíes.
Los islamistas también capturaron ese día a 251 personas, de las cuales 97 siguen cautivas en Gaza y 33 de ellas habrían muerto, según el ejército. La ofensiva israelí en la Franja ha causado por el momento 41.870 muertos, según las últimas cifras del Ministerio de Salud del territorio palestino, cuyos datos son considerados fiables por la ONU.
El ejército israelí anunció el despliegue de tropas adicionales cerca de Gaza, «para defender tanto las comunidades como la zona fronteriza». En Líbano, el gobierno de Netanyahu busca detener los disparos de cohetes de Hezbolá en la frontera para que decenas de miles de desplazados en el norte debido a las hostilidades puedan volver a sus casas.
Tras un bombardeo israelí el viernes en Beirut, que presuntamente tenía como blanco a Hashem Safieddine, posible sucesor del líder de Hezbolá, Hasan Nasralá –asesinado por Israel el 27 de septiembre–, un responsable del movimiento armado afirmó que se había «perdido» el contacto con él.
Más de 2.000 personas han muerto en Líbano desde octubre de 2023, de las cuales más de un millar desde el 23 de septiembre, según las autoridades. Alrededor de 1,2 millones de personas han sido desplazadas.
El Alto Comisionado de Naciones Unidos para los Refugiados, Filippo Grandi, estimó que Líbano atravesaba una «crisis terrible». El coordinador humanitario de la ONU para Líbano, Imran Riza, advirtió por su parte de un «aumento alarmante de los ataques contra los servicios de salud».