La temperatura ambiente ayer en Barranquilla estaba por encima de los 30 grados centígrados, pero la futbolística era difícil de medir. Tras muchos meses de espera, ‘la fiebre amarilla’ se volvió a sentir en el Metropolitano, algo que se desbordó tras el pitazo final que sentenció la victoria de Colombia 2-1 sobre Argentina, actual campeón del mundo.
Los jugadores de ‘la Albiceleste’, sin Lionel Messi en la lista, se quejaron antes del duelo del calor, de la humedad, pero lo que no tuvieron en cuenta fue que los dueños de casa suelen volverse enormes en su patio, que sin importar el rival, ni las condiciones ambientales, siempre están dispuestos a dar una alegría.
Y es que no quedarán solo en la mente de los aficionados los goles de Yerson Mosquera y James Rodríguez, sino también la entrega de Richard Ríos, el esfuerzo en la recuperación de Jéfferson Lerma, las salidas por sus bandas de Johan Mojica y Daniel Muñoz, en fin, todo lo que los dirigidos por Néstor Lorenzo hicieron en el gramado.
¡Imparable!
Frente a los argentinos, James volvió a refrendar que sin importar si viene con rodaje en su club, si está rodeado con x o y jugador, cuando se viste la camiseta amarilla siempre saca a relucir su genialidad, la magia de su zurda.
Ayer, lo hizo cuando un centro suyo cayó en la cabeza de Mosquera, quien rompió con tranquilidad la portería defendida por Emiliano Martínez; luego, con un pase filtrado a Luis Díaz, quien no consiguió definir, y hasta lo evidenció con el penalti que derivó en el segundo tanto, el cual cobró con personalidad, con firmeza, con el hambre de gloria que sigue reinando en su interior.
¡Pero ojo!, no todo fue alegría, pues quedarán para examinar por parte del cuerpo técnico los múltiples fallos en retaguardia, la pérdida constante de rebotes en el sector defendido por Camilo Vargas y los errores en la entrega del balón durante algunos pasajes.
¿Y Argentina?
Los campeones orbitales y reyes de la Copa América, al decir verdad, tuvieron razón y sintieron el golpe de calor, pero sobre todo sucumbieron ante las ganas y el ímpetu de James y compañía.
Comenzando ambos periodos fue cuando más intentaron sacudirse del dominio local, pero no tuvieron la claridad de otros encuentros, aquella que solo Messi puede generar.
Lautaro Martínez intentó manejar las riendas apoyado por Rodrigo de Paul y Nicolás González, mientras que arriba Julián Álvarez siempre perdió, se vio muy solo.
Fueron pocas las opciones para anotar que tuvieron y si hablamos del gol del descuento, que concretó González, debemos afirmar que las responsabilidades recayeron más en James y Mosquera, quienes rezaron, pero también pecaron.
Después de 31 años Colombia volvió a vencer a Argentina en Barranquilla y lo hizo en medio de una ‘fiebre amarilla’ cada vez más intensa. ‘La Tricolor’ da en cada encuentro pasos más firmes hacia el Mundial 2026, siempre de la mano ‘del 10’, pero también de su afición.