Mientras llueve, las redes de nuestro sistema de alcantarillado trabajan a pleno caudal. La topografía de Medellín, en forma de embudo, hace que, en invierno, el caudal de ríos y quebradas crezca con las aguas lluvias.
La cobertura de la superficie con lozas de asfalto y concreto, por el desarrollo urbano, hace que menos agua lluvia sea absorbida por la tierra y descienda en creciente por las vías hacia la parte baja.
En temporada invernal, los sumideros y las conducciones de alcantarillado deben trabajar en toda su capacidad. Pero el sistema circulatorio de la ciudad también puede sufrir arterioesclerosis: malos
hábitos, como tirar basura o escombros por los desagües, dejar materiales de construcción a merced de que los arrastre la lluvia, acumular restos de comida en el lavaplatos, vaciar el aceite usado por el sifón, entre otras, pueden generar placas y taponamientos que obstruyen el paso del agua.
En EPM nos preparamos y trabajamos a toda marcha en la temporada invernal. Algunos expertos hablan de la posibilidad de que se repita el fenómeno de la Niña en el segundo semestre del año.
Las lluvias, por fortuna, han regresado, y un equipo de más de 150 personas trabaja para que estas arterias tengan la capacidad suficiente para transportar el agua.
Conoce cómo se viene realizando la limpieza de nuestra infraestructura de alcantarillado.
Se han limpiado 82.000 sumideros y 15 deprimidos, una práctica que es cíclica y habitual, que está programada en los diversos meses del año.
En esta época la ciudad vuelve a reverdecer. El césped ha renacido, los árboles sacian la sed acumulada y sus follajes brillan nuevamente. Las flores dan color a los jardines y surten de polen a los insectos. La
vida se reinventa en cada chubasco. Las arterias recogen el agua que ya hecho su trabajo y la bombea por el sistema circulatorio subterráneo para que siga su rumbo y cumpla otras misiones.
El cuidado de las redes de alcantarillado es responsabilidad de todos, EPM invita a los ciudadanos a no arrojar elementos que puedan obstruirlas.