En un panorama económico de constante transformación, Colombia se destaca como un atractivo destino para la inversión extranjera, impulsando un crecimiento sostenido en diversos sectores clave de su economía. Aunque el país ha tenido retos en términos de inflación, cambios gubernamentales e incertidumbre económica, según el último informe del Banco de la República, en 2023, en el acumulado de la inversión extranjera para Colombia, los flujos de IED totalizaron USD $ 17.183 m (4,8% del PIB), cifra superior en US$ 264 m a lo registrado en 2022.
Para analizar esta coyuntura que se está viviendo alrededor del mundo, OBS Business School publica el informe Inversión extranjera directa, dirigido por el profesor de la escuela Rodrigo Yagüe. En él se muestran las tendencias de inversión en las distintas regiones del mundo, señalando cuáles son más activas, dónde han dirigido sus inversiones y qué países están siendo los grandes beneficiarios, sin embargo nos centraremos en América Latina y propiamente en Colombia.
En primera instancia, es importante explicar que es la IED. En palabras de Yagüe, es “un factor importante de la productividad y un pilar de la cooperación internacional entre economías. A través de ella se crean vínculos económicos de largo plazo que fomentan el desarrollo de los países, especialmente de las economías emergentes”, y añade que “los beneficios para el país receptor se notan sobre todo en la generación de empleo, la transferencia de tecnología, el desarrollo de infraestructuras y el estímulo a la actividad económica”.
Panorama latinoaméricano de Inversión Extranjera Directa
Según el informe de OBS, Brasil fue el principal país receptor de la región (un 41% del total), seguido por México (17%); ambos recibieron más IED que en 2021, aunque el aumento de las entradas de IED en Brasil fue mayor y explica el 56% de la variación interanual de toda la región. De este modo, “América del Sur fue la subregión que registró un mayor incremento de entradas de IED en comparación con 2021. El Estado Plurinacional de Bolivia fue el único país que no tuvo un incremento en esta subregión, donde los principales países receptores, además de Brasil, fueron Chile, Colombia, Argentina y Perú” afirma Yagüe.
Tanto Colombia como Perú han experimentado una evolución de los flujos de inversión extranjera similar, donde han experimentado un decrecimiento moderado hasta 2020, año donde la IED cayó drásticamente. Sin embargo, durante 2021 y 2022 ambos países han tenido una recuperación muy sustancial en la recepción de capital extranjero.
En 2023, la inversión extranjera para Colombia tuvo un mejor comportamiento, aportando al 4,8% del PIB. Durante el cuarto trimestre de 2023, los flujos de IED (US$ 3.946 m) se destinaron principalmente a financiar proyectos productivos en las actividades económicas de manufacturas (US$ 1.075 m, 27%), servicios financieros y empresariales (US$ 936 m, 24%), minería y petróleo (US$ 738 m, 19%), electricidad, gas y agua (US$ 362 m, 9%) y comercio, restaurantes y hoteles (US$ 361 m, 9%) según el Banco de la República.
Medidas acertadas para atraer la confianza de los inversores extranjeros según el informe
● La atracción de inversores extranjeros requiere una actividad económica sólida, infraestructuras modernizadas, y oportunidades claras en negocios estratégicos con alto valor añadido y costes competitivos.
● Contar con un capital humano desarrollado que propicie el talento profesional mediante una alta cualificación, y además, fomente un carácter proactivo que promueva la innovación.
● Desde el punto de vista político, se debe establecer una estrategia diplomática adecuada para desarrollar redes y conexiones con otras regiones, también, comunicar las ventajas del país con transparencia, reduciendo la asimetría de información entre inversores.
● Para mejorar la percepción de estabilidad regulatoria se necesita un sistema tributario estable y un sistema burocrático ágil. La estabilidad económica y política es fundamental para garantizar la estabilidad de los negocios a largo plazo.
● Es crucial establecer una política de incentivos clara, que puede incluir: Incentivos fiscales, como rebajas o eliminaciones de impuestos, incentivos financieros, como subsidios directos para reducir los costos de inversión y operación.
“Estas son algunas de las medidas propias que una región o país puede implementar para atraer inversión extranjera. Sin embargo, existen situaciones globales que afectan de manera general a todas las regiones del mundo y cuyo impacto a veces no puede amortiguarse por parte de los distintos países” afirma Yagüe, y concluye, “a pesar de los recientes conflictos geopolíticos y económicos que envuelven a toda la sociedad mundial, muchos países han sabido reaccionar implementando muchas de las medidas anteriormente citadas”.