En un mundo cada vez más afectado por los crecientes niveles de contaminación, la pérdida de biodiversidad y las consecuencias del cambio climático, es cada vez más urgente encontrar alternativas para resolver estos desafíos globales.
En este contexto, adquieren relevancia las empresas que ya han decidido adoptar y acelerar su transición hacia la economía circular, un modelo en el que la actividad económica está pensada para eliminar los residuos y la contaminación, circular los productos y materiales y regenerar la naturaleza.
Ese modelo se contrapone al modo actual de operación de la economía, que es lineal, esto es, está basado en extraer recursos naturales, transformarlos en productos y desperdiciarlos después de un corto período de uso, generando contaminación y otras consecuencias adversas.
Comprometida con acelerar la transición a una economía circular, la Fundación Ellen MacArthur lanzó el año pasado el Circular Startup Index, una base de datos de startups con modelos de negocios alineados a los principios de la economía circular. El objetivo de la base es dar visibilidad a soluciones innovadoras que pueden contribuir a una transición a gran escala hacia la economía circular.
Las startups circulares son seleccionadas para demostrar uno o más principios de la economía circular. Aunque ningún negocio es completamente circular, estas startups están en un viaje y contribuyen colectivamente a la transición de la economía circular.
Entre las 500 startups catalogadas de diversos sectores, industrias y locales, están incluidas 7 empresas con sede en Colombia que se destacan con soluciones para desafíos de residuos, energía y alimentación.
BATx, por ejemplo, es la primera empresa de América Latina dedicada a la maximización del ciclo de vida de las Baterías de litio de movilidad eléctrica. La empresa aprovecha las baterías desechadas de vehículos eléctricos para diseñar y montar sistemas de almacenamiento utilizados como complemento en la generación de energía solar y backup.
De esta forma, evita la eliminación de las baterías, extendiendo la vida del producto y generando valor por más tiempo. Este aprovechamiento también evita la contaminación de los ecosistemas naturales por el descarte y la extracción del litio.
Otra innovación que evita el desperdicio de productos viene de Toynovo, empresa de venta y alquiler de juguetes para niños. Los juguetes ofrecidos por la empresa han sido reparados, reparados y reciclados para prolongar su vida útil. La opción de alquiler de juguetes es un modelo que contribuye aún más a la circulación de los productores, pues amplía los ciclos de uso evitando el desperdicio.
Para evitar el desperdicio y el desecho de envases plásticos, Alfe Aseo optó por centrarse en la reutilización en lugar del reciclaje. La empresa fabrica jabones y detergentes y los ofrece a los clientes a través de un sistema de reutilización de envases y de recarga. De esta forma, evita la generación de residuos, en lugar de desecharlos después de su generación.
En el sector de alimentación también encontramos ejemplos colombianos de empresas alineadas con los principios de la economía circular. Selva Nevada elabora alimentos, como helados y pulpas de fruta, a partir de insumos de la naturaleza, recolectados a través de planes de aprovechamiento forestal y «sistemas» agroforestales.
Este enfoque valora la regeneración de la naturaleza, que es el tercer principio de una economía circular y trata de preservar o mejorar la salud del entorno natural después de la intervención humana.
De acuerdo con Gustavo Alves, gerente de comunidad e innovación para América Latina en la Fundación Ellen Mac Arthur, estos ejemplos son relevantes para desencadenar un cambio sistémico. Pero, para eso, es necesario ver más casos surgiendo y más inversiones en esas empresas.
«Las startups y empresas innovadoras en economía circular tienen un modelo de innovación ágil que permite crear soluciones como estas, es decir, que eliminan los residuos y la contaminación, circulan productos y materiales y regeneran la naturaleza a partir del diseño de sus productos y modelos de negocio. Con la inversión en la ampliación de estas soluciones, podemos ampliar su impacto positivo y alcanzar nuestros objetivos climáticos y de enfrentamiento de pérdida de biodiversidad y contaminación.»
Alves agrega que las empresas que actúan en la economía circular son cada vez más interesantes a los ojos de los inversores de impacto. «Las empresas que aplican los principios de la economía circular ayudan a hacer frente al cambio climático, un área que ha atraído cada vez más a los inversores de impacto. Además, un estudio nuestro demostró que cuanto mayor sea la circularidad de una empresa, mayores serán los rendimientos ajustados por riesgo de sus acciones. Esperamos que más empresas vean el potencial de las startups de economía circular y que aumenten las inversiones en estos negocios.»