A nivel global la criminalidad y los mercados criminales, de 2021 al 2023, han ido en aumento. Colombia y México, se encuentran dentro del top tres de los países con mayor criminalidad en el mundo. Teniendo como características comunes en la criminalidad: fragmentación, diversidad, competencia y violencia.
Ambos con un índice arriba de, por el Índice Global de Crimen Organizado, siendo 10 la máxima puntuación e indicando que todos los aspectos de la vida social se ven afectados por el crimen.
Cada vez es mucho más difícil distinguir en que sectores el crimen organizado no se encuentra inmerso, sector licito o ilícito, la política, el entrenamiento, el comercio, y tristemente, su influencia ha llegado hasta en la cultura de un país.
Recientemente Brian Winter, público que, algunos países están renunciando silenciosamente a la guerra contra las drogas, asemejándolo a las razones por las cuales personas renuncian silenciosamente a su trabajo, por agotamiento o falta de compromiso. De Winter estar en lo correcto, puede que sea por lo que, en países como Colombia, el país dónde se produce el 60% de la coca mundial, registra un crecimiento del 65% en el cultivo de esta.
México también se añade a la lista, permitiendo el fortalecimiento y expansión del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), y Cártel de Sinaloa. El CJNG es considerada una de las cinco organizaciones de crimen
trasnacional más peligrosa del mundo.
Los Cárteles después de su fragmentación y la pandemia por COVID-19, así como resultado de buscar explotar las oportunidades, resultado de la globalización y el uso de tecnologías, pasó de dedicarse exclusivamente a la producción, transporte y venta de droga, a diversificar sus actividades. El objetivo, obtener mayor ingreso, al no depender de una sola fuente de ingresos, incluyendo en su catálogo de delitos, la extorsión, el secuestro, robo, venta ilegal de fauna y flora, extracción ilegal de minerales, trata de personas y contrabando.
Un producto de gran interés para grupos de delincuencia organizada es el cigarro. Es pequeño, ligero, altamente lucrativo y con un bajo riesgo de detección. El comercio ilícito de tabaco representa aproximadamente el 11% del comercio total de tabaco a nivel mundial. Su eliminación podría incrementar los ingresos fiscales globales en unos 47.400 millones de dólares al año.
En México, el comercio ilícito de cigarrillos es del 18.2% 6 , esto conlleva pérdidas fiscales de alrededor de 13.5 millones de pesos. Sin embargo hay países, como Ecuador, que solo le dejan el 16% de participación al comercio legal y Colombia el 35% del comercio del tabaco es ilegal.
En México, se ha identificado al Cártel del Tabaco, aliado del CJNG, como uno de los principales actores en el comercio ilícito. El crimen organizado ha explotado el inmenso volumen de comercio entre Asia y Latinoamérica para ocultar los cargamentos de cigarros de contrabando o falsificados, y obtener las ganancias producidas por el narcotráfico.
Las operaciones del narcotráfico y las del contrabando, que en muchas ocasiones se unen en una sola. Estos factores explican al menos en parte la tendencia al alza en el comercio ilícito de cigarrillos en el país; de acuerdo con un estudio del gobierno, se detectó un incremento de 9% del mercado ilícito de cigarrillos en solo seis años.
El año pasado, se enviaron diversas cartas de congresistas para el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, por la preocupación de que el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) este involucrado en el contrabando de tabaco y en su posibilidad de diversificar operaciones al contrabando de cigarrillos mentolados y de sabores para financiar en tráfico de fentanilo en Estados Unidos. Preocupación que resulta de la propuesta de prohibición de estos cigarrillos por la FDA.
Por su parte, Ecuador ha vivido al inicio de año una crisis de seguridad, con actos de violencia por parte de grupos de la delincuencia. Ecuador se ha convertido en el principal puerto de salida de cocaína de acuerdo con UNODC. El Puerto de Guayaquil tiene características similares al Puerto de Colón, por lo que existe una disputa entre cárteles mexicanos (Cártel de Sinaloa y CJNG), colombianos (Ex-Farc), europeos, el Tren de Aragua y el Primer Comando Capital (PCC) por adquirir el monopolio de las rutas de salida e ingreso de cocaína y contrabando, que principalmente ocurre en las fronteras norte y sur.
El mercado local se encuentra inundado de productos falsificados, entre ellos la ropa y aparatos electrónicos. Se estima que el comercio ilegal de cigarrillos, en Ecuador es del 84%. Se ha identificado al grupo delincuencial ‘Los Lobos’ como el grupo que lidera y controla el mercado ilícito de cigarros,
principalmente en el centro histórico de Quito.
Para algunos gobiernos de Latinoamérica, los grupos de delincuencia organizada parecen ya no ser un enemigo del Estado. Como resultado, podemos ver que, en los últimos años y después de una pandemia, la tendencia de criminalidad y mercados ilícitos ha ido en aumento. Grupos de la delincuencia han diversificado sus actividades.
Se convierte en una necesidad tener políticas y mecanismos efectivos y accionables contra el crimen organizado en Latinoamérica. Con el objetivo de reducir el campo de acción de los cárteles y atacar las economías ilícitas.
Los cárteles ya no solo se dedican a la producción y venta de droga, han acaparado nuevos mercados y uno de sus favoritos el del cigarro. Convirtiéndose en una sus principales fuentes de financiamiento. Ha diferencia de lo que muchos piensan el comercio ilícito de cigarrillos si tiene víctimas, tres: el estado, el consumidor y la empresa privada.
Actualmente, nos encontramos en un momento decisivo de detener lo que ha sucedido con el cigarro, y detener la creación de una mina de oro para el crimen organizado, todo recae en la regulación del cigarro electrónico o vapeador.