Este sábado 20 de enero la senadora Piedad Córdoba del Pacto Histórico falleció a consecuencia de un infarto. La congresista fue trasladada a la clínica Conquistadores en Medellín, donde llegó sin signos vitales.
La noticia fue confirmada por fuentes cercanas a la familia de Córdoba, quien estaba a punto de cumplir 68 años el próximo 25 de enero. En los días previos a su deceso, la senadora había estado hospitalizada en la clínica del Rosario, en la capital antioqueña.
En los últimos meses, Piedad Córdoba enfrentó la difícil situación de la captura y extradición de su hermano Álvaro Córdoba a Estados Unidos por cargos de narcotráfico, donde admitió su culpabilidad.
Durante los gobiernos de Álvaro Uribe (2002-2010), Córdoba se destacó en los procesos de liberación de secuestrados por las Farc. Sin embargo, algunas víctimas, como Íngrid Betancourt, alegaron que la senadora le dio un enfoque político a estas liberaciones, en colaboración con el entonces presidente Hugo Chávez, con quien mantenía cercanía, así como con el presidente Nicolás Maduro.
En 2007, Chávez y Piedad compartían intereses políticos, buscando capitalizar las liberaciones de secuestrados en Colombia. El presidente venezolano buscaba mejorar su popularidad para el referendo constitucional, que finalmente perdió, mientras que Córdoba se preparaba como candidata presidencial, sin éxito en sus aspiraciones.
Cuando Uribe extraditó a guerrilleros de las FARC a Estados Unidos, Piedad y la insurgencia insistían en su retorno a Colombia, sosteniendo que mantener a tres estadounidenses secuestrados sería una forma de presión. Estos detalles se conocieron a través de los computadores de alias Raúl Reyes, canciller de las FARC, muerto en un operativo militar en 2008 en Ecuador.
A pesar de las revelaciones, la falta de cumplimiento legal en la recolección de pruebas llevó a la restauración de los derechos políticos de Piedad Córdoba y a una indemnización de 2.000 millones de pesos. Las acusaciones penales en su contra no prosperaron.
En cuanto a su percepción del gobierno de Gustavo Petro, en una entrevista con Semana, expresó su satisfacción y contento tras muchos años de espera. Reconoció que los cambios propuestos eran profundos y estructurales, centrados en la igualdad y la fraternidad.
Abordando las críticas al gobierno, la fallecida congresista señaló una deficiencia en la comunicación, destacando la necesidad de una estrategia comunicacional más efectiva para informar a la población sobre las reformas estructurales y generar un compromiso y enamoramiento hacia el cambio.