La Inteligencia Artificial como cualquier otra tecnología llegó para facilitar la vida de los seres humanos, sin embargo, debería de ser utilizada de manera selectiva. El uso de esta ciencia ha impactado a las grandes compañías, sector salud, sector público, servicios financieros, y como era de esperarse ha llegado a la ya famosa Creator Economy, o Economía de los creadores de contenido.
El contenido digital se ha convertido en un recurso vital en el mundo actual y su producción, distribución y consumo han sido transformados significativamente debido a la aplicación de la IA.
La creación de contenido, hablando de un posteo en redes sociales, un curso en línea o un ebook, es el resultado de combinar referencias culturales, académicas y sociales de una persona. Las historias que ha escuchado, las películas que ha visto, los lugares que ha visitado, y las personas con las que ha hablado. Lograr que toda esta información se una y funcione para dar vida a un contenido es el trabajo de un creador y la función de una Inteligencia Artificial.
Sin embargo, es necesario aclarar que esto no significa que uno reemplazará al otro – al contrario, es posible que se puedan complementar de una manera interesante y completamente funcional. A través de algoritmos de aprendizaje automático y procesamiento de lenguaje natural, la Inteligencia Artificial permite a los creadores analizar el comportamiento del usuario y crear contenido que se ajuste a sus necesidades, intereses y preferencias, permitiendo una mayor personalización y aumentando la satisfacción de este.
Por ejemplo, la IA puede ayudar a segmentar audiencias, permitiendo así proporcionarles contenido basado en sus intereses, ubicación y hábitos de navegación, esto podría resultar hasta en una mejora de la monetización del contenido, ya que los anunciantes pueden llegar a un público más específico y aumentar su eficacia.
Los creadores de contenido deben comenzar a considerar la IA como un cambio que ha llegado para quedarse y que continuará evolucionando con miras a los próximos años, siendo una herramienta de aceleración. Y el cambio no solo es necesario, sino que es inevitable.
Por eso, otro gran ejemplo de cómo un creador digital puede recibir grandes beneficios de esta herramienta que no se irá es el siguiente: imagina que reúnes referencias, textos, imágenes, videos o audios en archivos digitales para compartirlos con una máquina que luego entregará posibles resultados de la combinación de esta información como una lluvia de ideas creativa. Para ese momento, los siguientes pasos para un creador tan solo serán elegir una de las opciones para hacer correcciones, mejoras, integrarse con otros creativos, descartar todo y reiniciar el proceso, la mejor mancuerna de la historia.
Sabemos que ninguna pareja es perfecta. El uso de la Inteligencia Artificial también presentará algunos desafíos y preocupaciones a la Creator Economy. Existe la posibilidad de que los algoritmos generen contenido que se convierta en frases repetitivas o estandarizadas, lo que podría reducir la calidad y la originalidad del material.
En resumen, el uso de la IA es una ciencia que ha cambiado y cambiará significativamente a la Creator Economy, al permitir una mayor eficiencia y eficacia en la producción y distribución de contenido y, si bien hay desafíos y preocupaciones que deben abordarse, el uso adecuado de esta herramienta tiene el gran potencial de mejorar significativamente la experiencia del usuario y la rentabilidad para las empresas. Así que, considerando que todavía no es necesario preocuparnos por cosas como las Leyes de la Robótica de Isaac Asimov, podemos cerrar los ojos y dejarnos llevar ante el avance de la Inteligencia Artificial.