Ochenta y cinco personas de diferentes dependencias de la Administración Distrital, organismos de socorro, Policía, Ejército, Atila y Bomberos Medellín, entre otros, hicieron parte del plan de acción para la demolición controlada con explosivos del edificio Continental Towers. De manera rigurosa, bajo la coordinación del Departamento Administrativo de Gestión del Riesgo de Desastres (Dagrd), se adelantan todos los detalles.
La hora cero para la detonación fue a las 10:35 a. m. de este jueves, pero desde las 6:00 a. m. empezó el despliegue de los equipos sociales en la zona para la evacuación preventiva de las unidades residenciales aledañas. A las 8:00 a. m. se hizo la primera verificación de seguridad en los perímetros por parte de la Policía y a las 9:00 a. m. terminó la evacuación.
“Estamos listos. Hemos hecho una revisión rigurosa y exhaustiva de cada uno de los pasos, del minuto a minuto del plan de contingencia para la implosión controlada del edificio Continental Towers. Vamos a dar cierre a nueve años de espera de una edificación con patología estructural severa”, expresó la directora del Dagrd, Laura Duarte, antes de la implosión.
Quince minutos antes de la implosión sonó la primera alarma y de allí en adelante cada cinco minutos. La última, a la hora cero, se escuchó de manera continua para empezar con un conteo regresivo de diez a cero para la detonación. Este miércoles, 7 de diciembre, se finalizó con el cargue de los explosivos en la edificación con los 250 detonadores electrónicos. La activación de esos, uno cada 25 milisegundos, permitió el éxito de la labor.
“En las últimas semanas hemos hecho, a través de la declaratoria de calamidad pública, un proceso técnico, operativo y administrativo para hacer esta implosión. Vamos a tener más de 80 funcionarios de diferentes entidades del Distrito y del Área Metropolitana para estar al tanto, pendientes de este dispositivo ante cualquier novedad y respuesta necesaria en la ejecución de la implosión”, concluyó la directora del Dagrd.
Setenta familias debieron abandonar el edificio en el 2013 ante el riesgo de colapso que había sobre la estructura situada en el exclusivo sector de El Poblado.