La reina Isabel II murió hoy 8 de septiembre de 2022 a los 96 años de edad y después de 70 ejerciendo como monarca regente.
Tras la muerte de Isabel II, Carlos de Inglaterra ostentará el título de rey y diversos récords, como el de haber sido ser el príncipe de Gales con más años de servicio.
El nuevo jefe de Estado del Reino Unido que heredará el puesto tras la muerte de Isabel II llevará el nombre de Carlos III, ha anunciado la primera ministra británica, Liz Truss.
«Hoy la Corona pasa, como lo ha hecho durante más de mil años, a nuestro nuevo monarca, nuestro nuevo jefe de Estado, Su Majestad el rey Carlos III», ha señalado la primera ministra en una declaración al país ante la residencia oficial de Downing Street.
A las 6:30 de la tarde, hora local, el palacio de Buckingham ha comunicado: «La reina ha muerto en paz en Balmoral esta tarde. El rey y la reina consorte se quedarán en el palacio esta noche y volverán a Londres mañana». Según la tradición se realizará un funeral de Estado.
Los hijos de la reina, incluido el heredero, Carlos de Gales, y sus nietos Guillermo, duque de Cambridge, y Harry, duque de Sussex, se encuentran en el castillo de Balmoral.
«Ahora somos una nación moderna, próspera y dinámica. Isabel II nos proporcionó estabilidad y la fortaleza que necesitábamos. Ha sido el espíritu mismo de Gran Bretaña y ese espíritu perdurará», ha concluido Truss.
La muerte de la Reina, meses después de la celebración nacional del Jubileo de Platino, ha creado una sensación de profundo desconsuelo entre los británicos, en medio de la grave crisis política y económica que atraviesa el país. El último acto oficial de la monarca fue precisamente el encargo de un nuevo Gobierno a la «premier» Liz Truss, tras aceptar la dimisión de Boris Johnson.
Suspendió durante meses sus apariciones públicas y en febrero del 2022 contrajo el Covid y empezó a tener problemas de movilidad, apoyada sistemáticamente en un bastón. Se recuperó lo justo para los fastos del Jubileo del Platino, con su doble aparición en el balcón del palacio Buckingham, aunque su residencia oficial había sido ya trasladada al castillo de Windsor.