Por las manifestaciones y el descontento social, tanto el sector privado como el público han lanzado en las últimas semanas un paquete de medidas para impulsar el empleo juvenil y la educación y así abrirle más oportunidades a este grupo de la población. Sin embargo, queda la tarea pendiente de solucionar problemas estructurales.
Portafolio consultó a varios jóvenes que han salido a las calles a manifestarse en contra de la falta de oportunidades y que, a su vez, son testigos de los cuellos de botella que tienen las personas entre 14 y 18 años en el país y apuntan a que los obstáculos obedecen a problemas de fondo.
Para Paola Alvarado, de 26 años, y egresada de la carrera de Ciencia Política, “este desempleo también afecta la posibilidad de educación. No es sólo la matrícula cero y la financiación, es que si tú no tienes con qué mantenerte, con qué comer, no tienes una posibilidad material de estudiar”, dijo.
Según la joven, aunque ha estado activa buscando trabajo por más de 1 año, las oportunidades para lo que ella estudió son limitadas. “Los que tuvimos la posibilidad de estudiar una carrera entramos a un mercado laboral en el que pareciera que no tenemos cabida, se nos pide experiencia laboral de uno o dos años que no tenemos”, apuntó.
Julián Baez, de 25 años y egresado de la carrera de Ingeniería ambiental y líder estudiantil, agrega que “hay un problema y es que los jóvenes que salen de estudiar es más difícil que entren a la educación superior, por lo que tienen trabajos más precarios. Y los que logran trabajar, por falta de experiencia, se les pone a trabajar más de 8 horas, sin prestaciones y con jornadas extensas”.
Ese es el caso similar de Geraldine Meneses, de 27 años, quien es artista plástica y lleva un par de meses sin trabajo formal, más allá de algunas actividades provisionales que le salen de vez en cuando y que son por recomendaciones de un tercero. “En mi área conseguir trabajo es difícil. Mucha gente me ha criticado por anhelar el trabajo que yo quiero y apuntarme a puestos como el de un call center, en el que hay más oportunidades. Pero yo quisiera trabajar en lo que estudié”, dijo y agregó que ahora está haciendo un curso de lenguaje de señas para aprovechar su tiempo libre.
Tanto Geraldine, Paola y Julián han salido a manifestarse a las calles para pedir más oportunidades laborales y un mejor y mayor acceso a la educación, sobre todo, para los que aún ni siquiera han podido llegar a la universidad.
LAS MEDIDAS
Además de los clamores de jóvenes en las calles se le suma lo que ya se ha visto en los datos oficiales en los que, por ejemplo, se ve que la tasa de desempleo de los jóvenes ascendió a 23,9% entre enero y marzo, superior a la tasa nacional y que los que no estudian ni trabajan son el 26,6% en abril, según el Dane.
Por eso es que el Gobierno Nacional ha venido lanzando una serie de programas para abrirle más puertas a los jóvenes. Se trata de Matrícula cero para el próximo semestre, subsidios para que empresas contraten más a jóvenes y varias líneas de crédito para que los jóvenes accedan a educación y puedan emprender, sobre todo en sectores como el agro.
De esas medidas, se sabe hasta el momento que tienen un valor que supera el billón de pesos y que tendría recursos para apoyar a los jóvenes para este y el próximo año.
A esa ola de iniciativas se unió el sector privado con algunos programas para priorizar el empleo juvenil en sus vacantes. Por ejemplo, las empresas antioqueñas anunciaron una alianza para cocrear nuevas oportunidades de trabajo sostenible y competitivo para estas jóvenes y mujeres sin experiencia en los sectores de cuarta revolución industrial, infraestructura, agroindustria y servicios.
“Esta alianza que anunciamos es un ejemplo de trabajo colaborativo para formar de manera rápida y pertinente a nuestros jóvenes y mujeres con el fin de conectarlos con oportunidades de empleo de calidad, formal y sostenible para ayudar a la construcción de esperanza”, destacó Jorge Mario Velásquez, presidente de Grupo Argos.
A eso se sumó la Cámara de Comercio de Bogotá, con un programa llamado ‘Jóvenes que transforman’, una iniciativa de innovación social que impulsará la participación de los jóvenes en la creación de soluciones en diferentes dimensiones, que tengan impacto en el empleo y el emprendimiento para esta población. Eso se hará a través de una conversación constructiva con jóvenes que involucren de manera activa al sector privado.
Y por parte del sector del agro, la Sociedad de Agricultores De Colombia, Pork Colombia y las federaciones de avicultures, acuicultores y fabricantes de alimentos para animales lanzaron la iniciativa ‘Echemos pa’ lante’, con la que crearán 2.000 puestos de trabajo para los jóvenes.
Ahora bien, por su parte, tanto expertos como los mismos jóvenes apuntan a que si bien estas ayudas son clave para coyuntura se deben buscar salidas para resolver los cuellos de botella que impiden que los jóvenes estudien y encuentren trabajo.