De acuerdo a Thierry Pistone, infectólogo del Centro Hospitalario Universitario (CHU) de Burdeos, el objetivo es aportar una «solución complementaria» en un momento en que «se necesita una oferta de detección ampliada, rápida y no invasiva».
Los perros están entrenados para detectar apósitos de transpiración tomados durante 10 minutos bajo las axilas de personas positivas al covid al comienzo de la infección.
«Detectan materias orgánicas de degradación derivadas de la infección», explica Pierre-Marie Borne, referente en Ceva.
Desde el 4 de enero, casi todos los días llegan muestras de sudor del CHU para que los perros, adiestrados en el centro de formación instalado por Ceva en su sede de Libourne, cerca de Burdeos, las huelan.
Bautizado Cynocov, este proyecto se basa en el método Nosais covid, desarrollado por el profesor Dominique Grandjean de la escuela nacional veterinaria de Maisons-Alfort (cerca de París).
«Cuando se sabe que pronto habrá que detectar personas asintomáticas en todo tipo de espacios -escuelas, hogares para ancianos o aeropuertos-, este tipo de herramienta, que ofrece al menos un criterio de sospecha fuerte, permitirá, en términos de aceptabilidad y de reactividad, facilitar el proceso», estima Denis Malvy, jefe del servicio de enfermedades infecciosas y tropicales en el CHU de Burdeos.
Para el profesor, también miembro del consejo científico, estos perros son «casi nuestros aliados en la producción de una herramienta de detección que tendrá», espera, «su lugar en la necesidad de gestionar esta emergencia sanitaria».