Una de las 88 cuentas (entre perfiles personales y páginas) que Facebook e Instagram suspendieron en Brasil por violar las reglas de conducta de las redes sociales pertenece a Tércio Arnaud Tomaz, asesor especial de la Presidencia de Brasil y hombre de confianza del presidente, Jair Bolsonaro.
Tomaz tiene un extenso historial de servicios prestados, entre ellos la difusión de mensajes políticos de desinformación para promocionar a Bolsonaro en las redes. Pero aunque su cuenta no fue la única suspendida, el bloqueo a Tomaz se ha convertido en un símbolo de la ofensiva de la red social, que está bajo presión para detener la propagación de contenido tóxico debido a una campaña global de boicot de grandes marcas ante la falta de acción de Zuckerberg frente a los mensajes de odio y las mentiras en las redes.
En Estados Unidos, Canadá, Ecuador y Ucrania fueron suspendidas 402 cuentas más, tras una extensa auditoría que Facebook encargó al Laboratorio Forense Digital, del centro de estudios Atlantic Council.
La suspensión de perfiles arroja luz sobre la controvertida estrategia digital del presidente brasileño de ultraderecha, que utiliza la llamada ‘oficina del odio’ para promoverse y destruir reputaciones de opositores.
Dicha máquina de propaganda que lo llevó al poder ya estaba siendo investigada por el Tribunal Supremo Tribunal Federal, en una indagación sobre un sistema de difusión de noticias falsas que puso a otros miembros del entorno presidencial en la mira. El Tribunal Superior Electoral también investiga el uso de WhatsApp para enviar mensajes masivos, lo cual es ilegal. La información expuesta por Facebook puede alentar esas pesquisas.
Tomaz puede convertirse ahora en un problema para Bolsonaro. Después de la sanción de Facebook, el presidente de la comisión parlamentaria que investiga el uso de noticias falsas en las redes, el senador Ángelo Coronel, solicitó a la empresa que compartiera la información sobre las cuentas suspendidas.
Si se constatan irregularidades, Tomaz será demandado. “Las páginas no se suspendieron porque se estaba cometiendo un crimen”, dijo el senador, “sino porque violaban la conducta interna de la empresa Facebook. Ahora tenemos que saber si han cometido un delito o no”.
Se aprobó una solicitud para llamar a declarar al Congreso a Tomaz y a los otros dos miembros de la denominada ‘oficina del odio’. También hubo reacciones en el Poder Judicial. El juez Gilmar Mendes escribió en Twitter que la investigación sobre noticias falsas que está en curso en el Supremo y que acosa a la militancia de Bolsonaro se ha fortalecido. “
Entre los investigadores que rastrean las redes de desinformación, existe la esperanza de que las suspensiones decididas por Facebook activen otras investigaciones. Aunque también hay escepticismo. Luiza Bandeira, que trabaja en el Atlantic Council y colaboró con Facebook en la investigación de los perfiles suspendidos, aclara que la desinformación no solo circulaba en esa red. “Cuando alguien habla mal de Bolsonaro, la reacción aparece en diferentes plataformas y en diferentes niveles. Hay que usar la sanción para investigar a otros autores que pueden estar implicados”, dijo.
Entretanto Bolsonaro, que está en cuarentena en su residencia oficial después de que salió positivo para covid-19, criticó que las que él denomina cuentas de izquierda, algunas de las cuales lo asocian con el nazismo, no corren la misma suerte.